Diferencias originales entre el hombre y la mujer

En cada individuo hay una polaridad entre sus dos aspectos más fundamentalmente antagónicos: el intelecto y el físico; la teoría y la práctica; el cerebro y los intestinos o la razón y la voluntad. El eje de esa polaridad siempre es la emocional ¡dad, el sentimiento o el corazón. Pero sucede que en el hombre tal polaridad tiende más hacia la razón mientras que en la mujer tiende más hacia la voluntad. De hecho, la mujer es más perfeccionada físicamente que el hombre, al punto de poder reproducir. Correspondientemente, el hombre tiene más debilitado el aspecto de la voluntad (por eso hay más viudas que viudos) y la mujer tiene más debilitado el aspecto de la razón (por eso hay más filósofos que filósofas).

Otra diferencia que puede ser considerada como original es la distinta manera en que se da el flujo electromagnético en el hombre y en la mujer.

Es indispensable considerar el aspecto electromagnético de la fisiología humana y la negligencia en relación al electromagnetismo es una de las grandes falacias de la medicina moderna occidental. Tal aspecto, importantísimo en la práctica médica del Oriente es, hoy en día, absolutamente dejado aparte por los médicos de Occidente.

La carga electromagnética del hombre y de la mujer ion opueitet y ambos ectúen como Imenei, uno en relación al otro.

El flujo electromagnético masculino principalmente es de carga positiva (centrípeta en relación al planeta) con dirección más descendente. El flujo electromagnético femenino es, principalmente de carga negativa (centrífugo en relación al planeta), con dirección más ascendente. En otras palabras, el hombre recibe su principal carga eléctrica del cielo y la mujer, de la tierra. Tal vez sea por ese motivo que la actividad principal del hombre es más cerebral que la mujer, cuya activida principal es ventral.

Cuando hombre y mujer se juntan en el acto sexual, hay una unión de esas dos corrientes opuestas lo que crea un flujo más directo entre cielo y tierra.

La energía electromagnética es compuesta, básicamente, de ondas. Cuando, a través de los movimientos ondulatorios del acto sexual se intensifica el flujo de cargas opuestas ocurre el corto circuito, más conocido con el nombre de orgasmo.

La estructura anatómica humana es una materialización de las cargas electromagnéticas que recorren nuestro ambiente terráqueo. Por eso es que el aparato reproductor masculino acompaña una dirección más descendente y el aparato reproductor femenino es más ascendente.

Es, en parte, por ese mismo motivo, de cargas distintas, que la cabeza de la mujer desarrolla más pelos en la parte superior (cabello) y el hombre, más pelos en la parte inferior (barba). Una mujer con pelos en las mandíbulas posee un exceso de carga celeste masculina. Un hombre que se siente confortable con cabellos largos posee un excedente de cargas terrestres femeninas. No es sólo una cuestión de gusto o de moda.

Otra diferencia original es la mayor rapidez de la mujer en cumplir los ciclos básicos de su vida (ciclos femeninos de 7 años), mientras que el hombre demora aproximadamente 1 año más (ciclos masculinos de 8 años).

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