Algunos factores principales que promueven la compatibilidad, son las diferencias en:

En realidad, una de las cosas muy útiles que se pueden confirmar durante el noviazgo y que se va a revelar implacablemente durante el matrimonio es que distanciarse es aproximarse y aproximarse es distanciarse.

Durante nuestra infancia teníamos un cierto grado de convivencia con un gran número de tíos y primos, casi todos de más edad que nosotros. Recordamos una época en la que muchos de esos primos parecían haber entrado en la estación de "casamiento" y durante muchos años siempre nos sorprendíamos de verlos concentrados en buscar a su novia o novio, persiguiéndose, quejándose del abandono, adulándose, insultándose, con un afán que era extraordinario para nosotros. Lo que nunca olvidaremos es a una media docena de parejas que tenían una característica marcante: siempre buscaban estar juntos, y preferiblemente, a escondidas, para abrazarse. En realidad, lo que nos sorprendía no era que se abrazaran constantemente. La sorpresa era verlos casarse y después de algunos meses, o un año, divorciarse. Nos acordamos perfectamente que eso sucedía siempre con las parejas que se portaban como palomitas enamoradas durante el noviazgo.

Muchos años más tarde nos dimos cuenta de que la ausencia de distancia durante el noviazgo, (cuando la pareja quiere siempre estar enrollados como culebras uno al otro) siempre provoca un estado crónico de ilusión.

Para constatar esa verdad, coloque el centro de la palma de la mano tocando la punta de su propia nariz y trate de ver las I íneas de la mano. Es necesario una distancia adecuada durante el noviazgo para poder ver y comprender. Esa distancia no es dañina, al contrario, es muy beneficiosa.

De la misma manera tiene que ser encarada la cuestión del cariño y afecto que se brinda al novio o novia. En este mundo suicida, super competitivo y agresivo, es común que en el sexo opuesto se trate de encontrar el cariño que la sociedad no ofrece. Lo más frecuente es que las parejas se quieran dar un máximo de cariño y adulación, preparando 'así $1 desengaño inevitable después que se casan.

La actitud principal mutua, durante el noviazgo deoe ser de crítica y no de adulación. No es siquiera necesario hacer críticas abiertamente. Basta la actitud interna. Así es como pueden definirse las personalidades de la pareja, con sus virtudes y defectos reales. Igualmente, con esa actitud más crítica que cariñosa se va creando un cariño y sentimiento mayores, muy profundos y resistentes a las peores circunstancias externas de la pareja.

Muchos jóvenes liberales y hasta psicólogos y estudiosos de la actualidad

fomentan el cariño y una intensidad de experiencias sensoriales como medio de superar las dificultades de la crisis actual del amor. Pero la realidad es que dentro de una escala progresiva de amor, éste al nivel sensorial y emocional es todavía muy bajo y no puede durar mucho tiempo.

Como manifestamos en el Cap. 2, "Qué es amor", hay siete niveles de amor y no se debe buscar realizarlo sólo parcialmente, sino de manera global, completa; si se impone un límite a nivel sensorial o emocional al amor, éste parece intensificarse justamente en ese límite. Como las existencias personales hoy se limitan a lo sensorial y emocional, el amor es süper intenso a esos niveles. Es como el humo que se concentra en el techo de una habitación.

La realidad es que la expansión de la personalidad no puede ni debe ser solamente limitada. El amor tiene que realizarse también en los niveles más superiores, intelectual, sociológico e ideológico, para poder perfeccionarse, liberarse y ser efectivo. Y cuando los liberaloides escuchan esto dicen que queremos "enfriar" al amor, "intelec-tualizarlo" y "matarlo". Lo,que sí sucede es que el amor sólo al nivel sensorial o emocional es un amor ya medio muerto. Y una prueba de esto es el hecho de que una relación amorosa mecánica queda mecánicamente intensificada si también hay una experiencia sensorial. Y nadie puede negar que la emocionalidad o sentimiento provoca una intensificación de la experiencia sensorial y mecánica. En la misma realidad progresiva, la vivencia intelectual del amor aumenta y da firmeza a la emocionalidad y así por delante con los niveles sociológico e ideológico del amor entre hombre y mujer.

Lo que sucede es que pocos conocen lo que puede ser una expresión intelectual del amor, ni amor sociológico ni ideológico. Pero no conocer y no existir son cosas distintas. Después del nivel sensorial, la experiencia amorosa es cosa que depende mucho de la cultura y educación y esas dos son "avis rara" en nuestra sociedad tecnológica. ¡Tenemos millones de máquinas y las imitamos en nuestra relación de parejal

Otro asunto que cabe/esaltar cuando nos referimos al noviazgo y al matrimonio es el proceso de "complementarización", por el que pasa cada uno de los individuos de la pareja. Complementarización es la transformación personal para quedar complementario ai novio y a la novia.

Por esta complementarización, el novio intensifica la femineidad de la novia. La sociabilidad masculina es intensificada por las tendencias hogareñas de la mujer. La fertilidad femenina es aumentada por la fecundibilidad masculina, etc.

Es curioso darse cuenta de que este proceso espontáneo de complementarización ocurre hasta el nivel biológico, relativo a las funciones fisiológicas complementariza-das, al aspecto facial complementarizado, etc. . . Por ejemplo, un marido cuya expresión facial se torna más dura provoca en su esposa, si ésta le es un verdadero complemento, ¡una creciente expresión de placidez en el rostro! Si un marido desarrolla la elocuencia al hablar, la mujer desarrolla un respeto por el silencio y la acción silenciosa.

La complementarización aumenta la capacidad individual y conyugal del hombre y de la mujer, permitiendo siempre que el defecto de uno encaje en la virtud del otro, generando así la fuerza proporcional de dos engranajes en acción mutua continua.

El noviazgo, desde el punto de vista de la pareja como unidad, debe ser el período de establecimiento o formación de la complementariedad. Por ejemplo, si el marido se dedica al estudio de algún asunto y la mujer hace lo mismo, sería muy adecuado que uno de los dos cambie de actividad principal. Novio y novia no deben tener el mismo tipo de actividad. De la misma manera, lo ideal sería que traten de no dedicarse a la misma

tarea simultáneamente. Esto, que aparentemente terminaría con el sueño de muchos jóvenes de "hacerlo juntos", en realidad no termina nada sino que es el comienzo de una gran .posibilidad de complementación entre hombre y mujer.

Durante el noviazgo sería adecuado que tuviera inicio la elaboración del plan o proyecto familiar. Ya citamos anteriormente que una de las causas más importantes de la extinción de la familia es la falta de encuadre de esa familia en un proyecto regional compuesto de varias familias. Esa carencia es lo que determina la falta de continuidad de los matrimonios modernos. Casarse solamente por casarse y nada más no es algo completo. Por eso, desde la época de noviazgo, la pareja debe comenzar a definir su plan de vida familiar y regional. Eso es muy importante para que el matrimonio tenga continuidad. Al asunto del desarrollo familiar y regional nos referiremos en una próxima publicación.

Obviamente esa definición de plan de vida para la familia no puede dejar de ser acompañada por la preparación correspondiente, en el plano práctico. Por eso, tanto el novio como la novia deben empezar a preparar prácticamente la ejecución del proyecto conyugal y familiar en sus relaciones sociales y en su actividad diaria, en la medida de lo posible.

Todas estas premisas y principios aparentemente paradojales (sobre atracción entre antagonistas) no se soluciona con el matrimonio. Muy por el contrario: en el matrimonio, la relación antagónico/complementaria se justifica y se intensifica.

Hoy en día lo que se verifica después del matrimonio es el inicio de la pérdida de la atracción ilusoria que había en el noviazgo. Pues la realidad es diferente: después de casarse la pareja aumenta la atracción que siente uno por el otro, siempre y cuando sepa hacer uso del principio de que "unión es separación" en su proceso de creación progresiva de atracción mutua.

Es verdad: unión es separación. Cuando el hombre se casa, en realidad se casa con la sociedad. Cuando la mujer se casa, se casa con su hogar y con su familia. Las parejas que no entienden esto, sin duda tendrán fuertes desilusiones más tarde o más temprano.

La base de la atracción es el movimiento. La base del movimiento es la transformación. Movimiento es transformación. Nadie siente atracción por algo que está parado y condenado a estar parado. Por otro lado, todos sienten atracción por algo que se mueve. Por más interesante que sea el asunto de un locutor y por más atentos que estén a lo que él está diciendo en ese momento, la atención de la mayoría de las personas se vuelve hacia la puerta, si ésta se mueve para dejar entrar a alguien nuevo. Movimiento es atracción y ése es el motivo por el cual los niños son siempre algo que atrae, porque están siempre moviéndose y cambiando. De un día al otro un niño pequeño ya muestra muchas diferencias en su aspecto y habilidades. Todos miran, sintiendo gran atracción por ese movimiento.

A partir de esa constatación podemos fácilmente entender que la base de la atracción entre hombre y mujer está en la transformación personal de cada uno. No se trata de algo aparente, como vestir un traje distinto. Nos referimos a las transformaciones personales de la existencia de cada uno. Ese marido que siempre se repite, mostrando eternamente las mismas virtudes y los mismos defectos, inevitablemente pierde la atracción de su esposa. En una pareja realmente atractiva, siempre hay sorpresas: la mujer nunca termina de revelarse por completo y el hombre tampoco. Las reservas de uno y otro van apareciendo de manera inagotable, pues siempre tanto el hombre como la mujer están creando y ampliando multiplicativamente sus personalidades individuales. Además, esa creación constante de la personalidad se procesa de manera complementaria, lo que aumenta la atracción entre marido y mujer. Una pareja así sólo tiene un camino: unificarse cada vez más, creando sus antagonismos infinitos!

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